Como parte de los objetivos de la gestión de estos cuatro años, y a partir del reconocimiento de que el campo publicitario es históricamente un terreno de marcadas expresiones de estereotipos -determinadas por las características propias del género-, la Defensoría asumió el compromiso de sistematizar los reclamos de las audiencias que aludían a textos publicitarios para poder trabajar específica y reflexivamente sobre las representaciones que se proponen en ese campo comunicacional y brindar herramientas de análisis tanto a las agencias publicitarias como a los anunciantes.

Cada año, la Defensoría recibió aproximadamente más de un centenar de reclamos por parte de las audiencias referidos explícitamente a piezas publicitarias que fueron consideradas como discriminatorias, cosificadoras e inapropiadas para ser exhibidas dentro del horario que la normativa establece como “apto para todo público”, entre distintos argumentos críticos esgrimidos por los públicos. Cada caso, como se realizó ante todo reclamo o inquietud que ingresó a la Defensoría, fue analizado por las áreas correspondientes hasta completar la opinión y resolución. Más allá de la perspectiva del organismo, el mismo consignó cada reclamo en una base de datos que posibilitó identificar qué dicen las audiencias de las publicidades, qué inquietudes y molestias expresan y qué regularidades se identifican a partir de tales presentaciones. Así, la Defensoría conformó dos esferas de trabajo sumamente relevantes: por un lado, el trabajo específico ante cada publicidad cuestionada. Por el otro, sistematizar un conjunto de inquietudes de las audiencias en relación con las representaciones publicitarias que derivaron en informes generales compartidos con otros actores del campo de la comunicación.